martes, 16 de enero de 2024

The Boy and the Heron: Una colombiana se hace famosa por mentir sobre su participación en una película de Hayao Miyazaki

Studio Ghibli, conocido por su bella animación japonesa, ha desatado una inesperada polémica luego de que la colombiana Geraldine Fernández afirmara ser parte del equipo de ilustración de "The Boy and the Heron". A pesar de las celebraciones iniciales, los comentarios de Fernández fueron rápidamente cuestionados por la comunidad artística internacional, lo que desató un escándalo que no dejó a nadie atrás. La historia comenzó a tomar forma cuando Fernández, empleada de la empresa fabricante de vidrio Tecnoglass, afirmó en sus redes sociales que había dibujado 25.000 imágenes para la película animada, equivalente a unos 30 minutos de la duración total de la película. La colombiana de 30 años expresó su sorpresa y agradecimiento por ser parte de lo que llama "la película de retiro del famoso director de Studio Ghibli, Hayao Miyazaki". Sin embargo, Illustrator International rápidamente atacó las afirmaciones de Fernández, señalando que su nombre no aparece en los créditos de la película ni en archivos profesionales como IMDB o la base de datos de Anime Staff Database. Juliet Cole, una ilustradora mexicana en Tokio, fue una de las voces más fuertes exigiendo a Fernández corregir sus declaraciones para no manchar su reputación como profesional del medio. Además, la revista Cambio (vía Infobae) descubrió documentos que refutan algunas de las afirmaciones de Fernández. Su supuesta asociación con el Estudio Ghibli, que fue presentado en japonés, resultó ser un respaldo a su participación en un concurso de cerámica y no tenía nada que ver con la industria cinematográfica. Incluso una beca de maestría japonesa otorgada por Tecnoglass resultó ser prueba de asistencia a un seminario de cerámica, desacreditando sus logros académicos.

En entrevista con Blu Radio (vía El Espectador), Fernández admitió que había "exagerado" su compromiso con El Niño y Garza. Ahora afirma que sólo se produjeron "unas pocas escenas", no 25.000 imágenes. El hecho de que no aparezca en los créditos finales se debe a que afirma haber visto la película sólo hasta cierto punto, y como era una película extranjera, estaba en la sala de apoyo de animación. Las acusaciones de plagio también han perseguido a Fernández cuando los usuarios de las redes sociales descubrieron ilustraciones en su portafolio que podrían haber pertenecido a otros artistas. Cole señaló en su reseña que Fernández incluso confirmó que "todas las ilustraciones están dibujadas a mano", a pesar de que en algunas de ellas se pueden ver elementos digitales. Además, se reveló que durante una conferencia en la Universidad "Sergio Arboleda", Fernández admitió que algunas de las ilustraciones eran digitales, lo que demuestra su falta de experiencia en animación.

El escándalo ha confundido al mundo del arte y a los fanáticos del Studio Ghibli. La película de Miyazaki ganó el Globo de Oro a la Mejor Película de Animación y es una de las favoritas para los próximos premios Oscar. Las noticias sobre las afirmaciones falsas de Fernández eclipsaron los verdaderos resultados de este trabajo y subrayaron la importancia de la verificación de la información en un mundo cada vez más digital y conectado. En medio de la controversia, Studio Ghibli aún no ha emitido un comunicado oficial al respecto. La historia de Geraldine Fernández servirá como recordatorio de la necesidad de transparencia y autenticidad en la era de las redes sociales, y de cómo incluso en el mundo de la animación, la verdad siempre encuentra una manera de salir a la luz.


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