martes, 2 de julio de 2024

Despicable Me 4

 


         ¿Puede mantenerse algo con el pasar del tiempo? Sí, es perfectamente posible, y un ejemplo de ello lo pone en versos el cantante Gilberto Santa Rosa en su canción “Si los Hombres Han Llegado Hasta la Luna” (coincidencia que aparezca este satélite en esta reseña):

“si hay abuelos que se quieren

y su amor es todo lo que tienen

dime por qué no lo vamos a intentar”

         Y así podría decir cualquier cantidad de ejemplos que existen en la naturaleza y en el hombre. En el caso del cine podría hacer también una lista larga de películas que han sabido mantener una relación de mucho tiempo con el público, sin importar si hablamos que es una sola (“The Wizard of Oz”, por ejemplo) o franquicias como las del UCM, la saga “Toy Story” o la que ahora nos ocupa. ¿Se ha llevado bien tanto con público como con prensa esta saga? Sí, ha sabido meterse a ambos en el bolsillo desde el año 2010, desde que conocimos a Gru (Steve Carrell), Margo (Miranda Cosgrove), Agnes (Madison Polan), Edith (Dana Gaier), el dr. Nefario y, por supuesto, los Minions (que ya tienen en su cuenta 2 películas) en esa primera incursión cuando Gru, en aquel momento, el segundo mejor villano del mundo, diseñó un plan para robar la luna. No se puede negar que valió su visionado, así como conocer a estos personajes que están diseñados para sacar risas de la audiencia.

 

         En esta cuarta película, vemos que Gru continúa en su vida de casado viviendo con Lucy (Kristen Wiig), las niñas, sigue trabajando para la Liga Anti-Villanos con Silas Ramsbottom (Steve Coogan) habiendo salido de su retiro y a todo este conjunto se agrega un elemento: Gru se convirtió en papá de Gru Jr., quien disfruta más en los brazos de su mamá que interactuar con Gru. Por otro lado, nuestro protagonista es infiltrado junto con los Minions en el “Lyceé Pas Bon”, el alma mater donde aprendió a ser villano. Ello porque es invitado a una reunión de alumnos de la clase de 1985 y así atrapar a Maxime Le Mal (Will Ferrell), un villano con acento francés que es amante de las cucarachas y que busca vengarse de Gru. Maxime viene acompañado de su novia Valentina (Sofía Vergara) a esta reunión, y en el evento le entregan el premio al mejor alumno de dicha clase, pero Gru junto con los Minions consiguen arrestarlo y meterlo preso. Mas en su encierro, Le Mal logra escapar y deja en video que irá tras nuestro protagonista. Ante estos hechos, Ramsbottom decide que todos ellos deben irse en calidad de protección de testigos a otra ciudad con nueva casa, trabajos e identidades. Y estando allí tiene de vecinos a Perry Prescott (Kevin Kline), un tipo con una actitud muy snob al conocer a Gru y los suyos, a su esposa Patsy (Chloe Finneman) y a su hija Poppy (Joey King), quien mira con cierta malicia a nuestro protagonista desde la primera vez que se conocieron.

 

         Sin que me quede nada por dentro, uno está consciente de que esta es una saga que nunca se ha tomado en serio. Y lo digo porque es más que claro que todos ellos están diseñados para sacar risas a la audiencia, como se comentó hace algunos párrafos. Las situaciones que se presentan tienen ese estilo clásico de los “Looney Tunes” del estudio Warner Bros, y esto influye también en el diseño de los personajes, siendo la prueba más contundente Gru, nuestro protagonista, donde a las claras se ve que esa nariz afilada y larga, junto con la forma de frasco de perfume de su cuerpo están hechos para que el espectador pueda reírse, y hasta imitarlo. Esto mismo se aplica a otro elemento cuya presencia es importante, no solamente para hacer reír al público, sino también forma parte importante de las tramas de todas las películas que han lanzado Universal Studios en conjunto con Illumination Entertainment: los Minions. Nadie hubiera imaginado que estos seres amarillos de distintos tamaños y contexturas harían reír no solamente con la forma en la que hablan sino con las distintas locuras que hacen en cada película (con esto no hay que indagar mucho sobre por qué les han sacado 2 películas independientes hasta ahora).

 

         Las dinámicas entre los personajes siguen siendo tan buenas como la primera película, pero al ver con más profundidad el resultado final, nos topamos con que, al igual que ocurrió hace unos meses con “Kung Fu Panda 4” (de la que ya les entregamos su reseña), se puede descubrir que repiten Chris Renaud (el director) y Mike White con Ken Daurio (escritores) la fórmula que le ha dado el éxito a esta franquicia, y donde más se aprecia esto es en los personajes que, sí, hacen reír, pero apenas han evolucionado en estos 14 años. Los personajes como los papás de Poppy y las mujeres que trabajan en el salón de belleza con Lucy apenas si aparecen en la película y son innecesarios. Esto mismo se puede decir de Valentina, que se muestra varias veces en cámara, pero no tiene un peso real en la cinta como sí lo tiene Maxime. Villano que, sí, tiene sus momentos divertidos, y supera a, por ejemplo, Balthazar Bratt (de la anterior película), se pone al nivel de “El Macho” (de la segunda), pero no supera a Vector (el primero). De una vez lo decimos, esta cuarta entrada supera a la tercera ampliamente, se pone “de tú a tú” con la segunda mas no supera a la primera. Y es que acá hago mención de algo que se dijo al principio: el simple hecho de que alguien quiera robarse la luna es algo “jalado de los cabellos” en el buen sentido, y cumplió con muchos creces su objetivo, así como arrancar con todos los hierros esta película que se convertiría en franquicia.

 

         “Despicable Me 4” es una nueva entrada que no decepciona, que hará que los fans de esta puedan disfrutarla sin miedo a arrepentirse de verla, pero que sigue sin poder estar a la altura de la primera entrada de la saga. Si se van a realizar más películas de estos personajes, recomiendo lo mismo que con “KungFu Panda 4”: tomar nota de los errores cometidos, pero ya no solamente en esta, sino en las que le han antecedido, así como revisar qué hizo a la primera tan buena.

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