Ante la incompetencia de muchísimos gobiernos alrededor del mundo de no brindarle a sus ciudadanos todo lo que estos requieren, no solamente para vivir una vida plena, sino implementar políticas que les permitan desarrollarse en áreas de la economía para que estos tengan una vida mejor (y por ello, convertirse en empresarios que la impulsen), mucha gente opta por hacer lo contrario del deber ser. Ese deber ser del que hablo es vivir una vida ajustada a sus necesidades, y el contrario que están viviendo en los tiempos que corren es que sus necesidades se ajusten a su vida. Tienen trabajo, sí, pero este no les paga como debe ser, teniendo que vivir enfrentando a personas con mala actitud (tanto público como dentro de las empresas) y resignándose a que eso será lo que les tocará por el resto de sus vidas, soltando frases como “algún día” o “hay que acostumbrarse”, como dijo en uno de sus personajes característicos la célebre comedianta venezolana Nelly Pujols. En algunos casos, las personas son abordadas por una persona con un fuerte músculo económico y en muchas ocasiones reciben dinero a cambio de compartir tiempo con esa persona que es pudiente, y ese tiempo puede ir desde asistir como acompañante a fiestas y otros tipos de eventos sociales hasta cosas de índole sexual. Este tipo de personas son conocidas como “sugar daddy” (en el caso de los hombres) y “sugar mommy” (para las mujeres). Son varias las vicisitudes por las que pasa la protagonista de esta película dirigida por José Antonio Varela (y escrita en conjunto con su hermano José Luis) que les contaremos a continuación que la llevan a tener un hombre con ese tipo de relación, en cuya nota de prensa se deja ver que “es descrita por internautas como una ‘Pretty Woman’ latina”, y que será un punto que ahondaremos más adelante en esta reseña.
Nos
presentan a Julia (Alejandra Sandoval), una chica que conoce de mecánica
pues su padre (Fernando “el flaco” Solórzano), antes de ser recluido en
un centro de salud mental, era dueño de un taller mecánico que pierde porque su
jefe (Jackson Gutiérrez) le hace una propuesta indecente que ella rechaza
de plano. Y antes de perder el taller, es desalojada del lugar donde estaba
viviendo pues no ha pagado el alquiler. Y encima, en el centro donde tiene a su
papá también está presentando deudas que no ha pagado, y él podría quedarse
fuera del centro. Pero, incluso con estos vaivenes, es una mujer optimista y
decidida. Al saber todo esto de que la desalojaron del lugar donde vive y el incidente
en el taller, su mejor amiga, Mayerling (Estrella Hurtado), le consigue
un trabajo de stripper en un sitio nocturno. Y en su primera noche de trabajo,
conoce a Ricardo (Jorge Reyes), un abogado que trabaja en un buffet de prestigio
y maneja mayormente casos relacionados con divorcios de mucho éxito. Una noche,
después de una jornada de trabajo, termina accidentado dejando a su chofer
Armando (Rhandy Piñango) revisando el carro para que lo arranque y
puedan salir de donde están accidentados y donde, sin él saberlo, quedan muy
cerca de la zona donde está ubicado el sitio donde Julia empieza a trabajar
como stripper. Después de ella ayudar a Ricardo y a Armando a encender el
carro, este le propone que se quede con él una semana y le pagará $500,
propuesta que a ella no le gusta al principio, pero que después se maneja bajo
condiciones que crean entre ellos, las cuales aceptan de manera mutua. Eventualmente,
Julia tiene videollamadas con Valentina (Valeria Sandoval, quien en la
vida real es la hija de Alejandra), su hermana que está en Cali, y a quien le
va dando actualizaciones de lo que está ocurriendo en Caracas mientras está en
Colombia. En el buffet donde labora Ricardo trabaja también Alejandra (Greisy
Mena), quien maneja con Ricardo un caso que podría traerles a ellos y al
buffet una ingente cantidad de dinero, y para ello les tocaría viajar a Canadá
ya que los clientes se encuentran viviendo allá. Y Alejandra, además, siente
algo por Ricardo, pero él no se quiere vincular con ella por razones
profesionales, y al momento de conocer a Julia, hará que se creen desencuentros
entre ambas a lo largo de la película.
Si bien
es cierto que aún falta mucho, pero mucho trabajo por hacer en cuanto a
presentarle al mundo cine venezolano de mayor calidad, también lo es que se han
dado pasos importantes en la industria para que este pueda destacar, y
películas como “Pelo Malo” y “La Casa del Fin de los Tiempos” (2013 y 2014,
respectivamente) dan fe de ello, que como país requerimos apoyo, no solamente
de un gobierno o cualquier otra institución pública que le de fuerza económica
a una producción, sino también la empresa privada. ¿A qué viene todo esto? A
que, antes de siquiera empezar a filmarla, debe existir un libreto, mismo que
ha sido escrito, como dijimos al principio, por los hermanos Varela, y es,
probablemente, uno de los puntos débiles de la cinta, pues sus virtudes tiene,
como personajes bien construidos, el espectador puede conectar con ellos en
varios puntos, y el humor que nos presenta es muy venezolano, creando
situaciones en las que se podrá soltar una carcajada, muy ocurrentes, y en las
situaciones donde hay que poner seriedad, la pone. Todo eso es cierto, pero
también lo es el punto que dijimos al principio de que los internautas la
describen como una versión criolla de la comedia romántica “Pretty Woman” con Julia
Roberts y Richard Gere, y no les falta razón, pues muchas de las
situaciones que se presentan se sienten como un “copia y pega” de la mencionada
cinta estadounidense de los ’90, pero ambientada en Caracas. Incluso, la
historia secundaria de Miguel y Laura, los personajes que se están divorciando
interpretados por William Cuao y Adriana Romero, respectivamente,
se siente como que es lo mismo del empresario de edad avanzada que Edward Lewis
aborda durante una de las historias secundarias de “Pretty Woman”, pero con un
divorcio en vez de una compra de una empresa. Es que hasta el nombre de los
personajes que interpretan Alejandra Sandoval (Julia) y Jorge Reyes
(Ricardo), aunque no aparece en la nota de prensa, pareciera hacerle una
especie de homenaje a Julia Roberts y su Vivian Ward. La única
diferencia es que Vivian aborda a Edward mientras este se encuentra en su
carro, y Ricardo (otra coincidencia, Richard Gere a la vista, pero en
español) entra por casualidad al sitio donde está bailando Julia vestida como
ángel.
En
cuanto al aspecto de las actuaciones, las mismas están a buen nivel, son
creíbles y puede apreciarse ¾ de lo mismo en cuanto al aspecto del paso del
humor al drama y viceversa que comentamos al respecto sobre el guión. Hay muy
buena química entre Jorge Reyes y Alejandra Sandoval en pantalla,
y donde supieron trasladar su química como matrimonio en la vida real a sus
personajes. Reyes quizás está un tanto “pegado” de los personajes galanes que
hizo por varios años en las telenovelas, pero hace el esfuerzo de que su
Ricardo sea distinto, y Sandoval luce bastante en pantalla, tiene presencia y
es muy convincente. Rhandy Piñango es uno de los que más gusta, no
solamente por el personaje que interpreta, sino también por su actuación. El
Armando puede llegar a ser el alcahueta más grande y dicharachero que camina
con Ricardo, pero es en simultáneo una especie de Pepe Grillo que quiere lo
mejor para el hombre a quien lleva de un lado a otro de la ciudad. Y si Piñango
es el representante masculino en cuanto a mezclar comedia y drama en los
personajes secundarios de la película, Estrella Hurtado es el
equivalente en femenino. Tiene la capacidad innata de sacarle al espectador,
mínimo, una sonrisa con su presencia, se siente en todas las escenas donde
actúa. Greisy Mena viene de hacer una villana interesante en “La Sombra
del Sol”, y cumple bastante bien con la interpretación de su personaje en la
presente cinta, una villana diferente a la de su anterior trabajo. Quizás le
faltó un poco más de escritura a Alejandra, pero eso no es algo que dependa de
la actriz, hizo lo que pudo con el guion que le entregaron y es un buen trabajo
a grandes rasgos. Quienes sí siento que les faltó más desarrollo fueron a Valeria
Sandoval, William Cuao y Adriana Romero, pero en la parte de
escritura, ya que se les nota que tienen amplia experiencia frente a las
cámaras, pero sus personajes no tienen tanto desarrollo. Y con la primera que
acabo de nombrar viene un inconveniente más que presenta la película, y este es
la edición, pues al principio se siente muy apresurada, como si se hubiese
tomado 10 mugs de café, pero ya después va paso a paso, llevando las cosas al
ritmo que se debió mantener en toda la película. Pero es que, además, la
edición no ayuda tampoco al personaje que interpreta Valeria en el desarrollo
de sus escenas. Esto en el sentido de que se hubiesen inventado otra cosa para
las videollamadas que esta tiene con su hermana, hasta algo más tradicional
como partir la pantalla en dos le hubiese venido mejor en vez de desaparecer y
aparecer la ventana de conversación que tienen Julia y Valentina en sus escenas
estando la videollamada en el aire.
“Julia
Tiene Sugar” es una buena comedia romántica que no voló más alto por ciertas
decisiones relacionadas con escritura de personajes y edición, aunado a su
parecido en mucho de su metraje al film dirigido en 1990 por Gary Marshall,
pero que aún así se deja disfrutar gracias a las actuaciones de su elenco, así
como también a las situaciones que nos presenta tanto en comedia como en drama.
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