Es un género que me gusta, y del que, lo confieso, no tenía muchas ilusiones con esta cinta. Y los motivos son claros: primero y principal, el que los estudios de Hollywood se pusieron a sacar películas del género como si fueran churros que se venden en carritos o en restaurantes. Un churro tras otro, sin parar hasta que, por fin, los directivos dijeron ‘basta’, principalmente a gente de la calaña de Jason Friedberg y Aaron Seltzer, que se encargaron de destrozar el género. Otro motivo es el abuso de los tipos de humor que usualmente se ven en este tipo de comedias (spoof comedies): humor sexual, escatológico y del tipo slapstick que tan popular se volvió con el reconocido programa de televisión “The Three Stooges”, especialmente con el trío formado por Larry Fine y los hermanos Moe Howard y Curly Howard, y donde, de nueva cuenta, los principales responsables fueron gente como Friedberg y Seltzer.
Estos ingredientes llevaron a quienes gustamos de estas comedias a refugiarnos en esas cintas del género que han funcionado (y que aún son capaces de cumplir con el objetivo para el que fueron diseñadas: hacer reír). “Airplane!”, “The Naked Gun” de 1988 estelarizada por Leslie Nielsen, Priscilla Presley y Ricardo Montalbán (y sus posteriores secuelas, “2 ½” y “33 1/3 The Final Insult”), “Top Secret!” (única comedia en la que se dejó ver en vida Val Kilmer, y si esta no fue la única, los leo en los comentarios) … son algunas de esas cintas en las que se basan en puntos como que la lógica y las leyes de la física y la química están de vacaciones permanentes y donde, además, algunos esgrimen un punto sin sentido como lo es que “los personajes son muy estúpidos”. Y mi respuesta es “¿sabes qué? Esa es la idea, ya que los mismos fueron construidos para ser deliberadamente estúpidos con el objeto de hacer reír al espectador”.
Y si estas cintas, así como muchas otras como “Silent Movie” de Mel Brooks y “Mafia!” supieron hacer reír al público antes de la invasión de esos churros que lanzaron desde 2003 en adelante, era más que justo que se esperara que, de alguna forma, regresara el género a la palestra de donde nunca debió ser apartado. Tuvimos una especie de abreboca con “Dog Man”, película de animación que se estrenó hace unos meses, y donde se dio el primer “asomo” de un género que durmió varios años, y donde finalmente está de vuelta de la mano de Akiva Schaffer en la dirección y Schaffer, Doug Hand y Dan Gregor escribiéndola.
Ya lo dijimos hace un momento, la lógica y las leyes emanadas por personajes como Isaac Newton, entre otros que hablaron de física y química en vida, están de vacaciones permanentes acá. Y la película abre con un banco que está siendo asaltado. Los ladrones tienen personal del banco y clientes secuestrados mientras asaltan el recinto, todos ellos bajo el mando de Sig Gustafson (Kevin Durand). De repente, entra una niña que está comiendo una chupeta a la entidad bancaria, pero esto es en realidad un disfraz que está usando el teniente Frank Drebin Jr. (Liam Neeson) del Escuadrón de Policía de Los Angeles. Drebin logra neutralizar a los asaltantes, pero esto en realidad era una tapadera para que Gustafson lograra forzar la apertura de una caja de seguridad que contiene el dispositivo “P.L.O.T.”.
Pero eso no es todo, pues la jefa Davis (CCH Pounder) considera que Frank fue sobre la ley al detener a los asaltantes y tanto él como Ed Hocken Jr. (Paul Walter Hauser) son reasignados a casos menores. El primero que investigarán es el de un choque en el cual Simon Davenport murió, y se piensa que fue suicidio, mas consiguen recolectar una caja de fósforos con un logo singular. Al regresar a la comisaría, en la oficina de Drebin Jr. se encuentra Beth Davenport (Pamela Anderson), la hermana del difunto, y que es una escritora de libros de relatos policiacos, quien sospecha que su hermano no se suicidó, sino que fue asesinado, y también tiene sospechas de que fue Richard Cane (Danny Huston), un empresario que construye carros eléctricos. Mismo que tiene un plan en el cual utilizará el dispositivo “P.L.O.T.” robado del banco por Gustafson.
La sinopsis, como se puede apreciar, no es más que un mero pretexto para que esta, a través de los personajes, saquen todo lo absurdo, estúpido, incoherente y demás formar de “jalarse los cabellos” que el espectador se pueda imaginar que los productores hayan plasmado en la gran pantalla. Es más, cuento algo a título personal: cuando vi el trailer y descubrí que el personaje de Neeson se llama Frank Drebin Jr., en todo momento me pregunté “vaya, me pregunto con qué vendrá Schaffer y su equipo para explicar por qué Drebin Jr. está así de viejo pues ‘The Naked Gun 33 1/3’ es del año 1994 y el mismo tendría hoy 31 años”. Adivinen qué: mi pregunta no me la respondieron, y ello es debido a la magia del absurdo que rodea a este tipo de comedias. De hecho, cuando la función terminó y recordar mi pregunta, además de dicha magia del absurdo, simplemente dije “qué importa”. Ojalá esta idea llegue a oídos de los realizadores si se les ocurre realizar una secuela. Sería interesante que incluyeran, por lo menos, un chiste relacionado con este tema.
Y algo más: usualmente este tipo de comedias suelen incluir una o más parodias que se vinculan a películas vistas en tiempos recientes, pero que en los tiempos en que sacaron todos esos churros en el cine abusaron por completo, no solamente de los tipos de humor que mencionamos al inicio (haciendo que estos lucieran como algo vulgar en, lastimosamente, la gran mayoría de los casos), sino que plagaban todos los cuadros de estas cintas con parodias de películas por doquier. Acá no alcanzamos a ver tantas referencias de cintas, sino que se parodia el género de cintas policiales. Esto es un acierto genial y que ayuda a que la película funcione porque son risas garantizadas sin que tengas que empaparte o forzar tu mente a que recuerde esta película o esta otra. Eso sí, los homenajes a la trilogía original se dejarán ver durante los 85 minutos de la cinta, y por decir uno de ellos, ni Drebin padre ni su hijo son los mejores cuando están al volante de un carro (y esta es tan sólo una de las referencias que se hacen a la trilogía original).
La parte técnica es un más que claro homenaje a las películas de la trilogía protagonizada por Leslie Nielsen. Los efectos prácticos están a la orden del día, provocando que estos ayuden, no solamente a contar esta historia de absurdos, estupidez y falta de lógica campantes, sino que se complementan para contar lo escrito en el libreto de Schaffer, Hand y Gregor.
Y por supuesto, el elenco es el elemento clave para lograr que esta película funcione. Kevin Durand, Paul Walter Hauser y Danny Huston son parte de los actores que hacen que funcione la cinta. Aquí es bueno recordar que Huston vino de hacer el año pasado el desastroso remake de “The Crow”, y es grato verlo en una cinta que funciona. Es un actor que ha tenido algunos villanos en su carrera (el Marlow de “30 Days of Night” es prueba de ello), pero el de esta ocasión le añade un toque de humor que le viene bien a los villanos que ha interpretado en su carrera. Y lo mismo se puede decir de Durand, pero con la diferencia de que a él se tenía tiempo sin verlo en el papel de un villano que esté hecho para crear situaciones de comedia en una cinta. De Hauser no hay mucho que decir al respecto pues su experiencia en hacer reír al público está más que comprobada y solamente hace falta nombrar uno de los personajes que ha interpretado: Temor en “Inside Out”.
Pero quienes se roban el show son, sin duda, Liam Neeson y Pamela Anderson. Ambos intérpretes han hecho algo digno de observar: ella, demuestra que tiene algo que decir cuando de interpretar personajes frente a la cámara se trata, y un personaje como el que tiene para esta cinta le ha venido estupendo pues, además, demuestra que puede hacer reír a la audiencia, y así lo demuestra con algo tan cotidiano como una silla. Y él, que lo hemos visto en películas de acción, en dramas, con directores de la talla de Steven Spielberg o Martin Scorsese, actuando con su voz, pero en apenas una comedia romántica como lo fue “Love Actually”, es muy grato que se salga de su zona de confort y demostrar que puede tener sobre sus hombros, no solamente un peso tan grande como lo es llevar el nombre de la saga “The Naked Gun”, sino hacer reír de manera legítima, y hacer que todo aquello que represente el lado estúpido y torpe de Frank Drebin se logre de manera magistral.
“The Naked Gun” de 2025 ha demostrado que era indispensable darle un descanso a un género que no se encontraba en su mejor momento y que, de la mano de Akiva Shaffer, Liam Neeson, Pamela Anderson (incluso, si se quiere, el mismo Leslie Nielsen, QEPD) resurge de las cenizas cual ave fénix. Trae de vuelta un género que hacía falta volver a ver y lo hace homenajeando sus raíces, al tiempo que muestra chistes nuevos con el mismo absurdo de siempre.
